A diferencia de la gestión de proyectos o programas, que tienen un inicio y un fin programados la gestión de portafolios es un proceso continuo que consta de varias etapas: iniciación, planificación, ejecución y optimización.

A medida que un portafolio avanza a través de su ciclo de vida, la información y las decisiones se pasan dentro y entre cada una de estas etapas. Esto es continuo y no necesariamente secuencial. Por ejemplo, un portafolio podría pasar por varias iteraciones de planificación y luego proceder a la ejecución en un corto período de tiempo basado en varios factores, tanto internos como externos. Dentro del mismo ciclo de vida de cambio empresarial, el portafolio puede ser "actualizado" con la adición o eliminación/modificación de los componentes del portafolio.

Todas las etapas dentro del portafolio, incluida la iniciación, son adaptables, flexibles y fluidas. A medida que se toman decisiones de gestión dentro del ciclo de vida del portafolio, el portafolio puede ser cambiado y actualizado para adaptarse a factores internos y externos. Por ejemplo, si una nueva regulación gubernamental entra en vigor después de la planificación periódica, el equipo de gestión del portafolio puede necesitar ajustar los planes de gestión para alinearse con los nuevos requisitos regulatorios.